La idea nace del vacío histórico de parte del estado salvadoreño y sus actores de poder de incluir a la diáspora salvadoreña como colectivo relevante en el desarrollo del país.
El aporte de los salvadoreños en el exterior a El Salvador es altamente indispensable para la estabilidad y desarrollo nacional. Sin embargo, el estado y sus instancias de poder no han sido eficaces a la hora de incluir a la Diáspora salvadoreña como actor relevante en la resolución de problemáticas que enfrenta el país.
De ahí surge el convencimiento de crear una institución fuerte y diversa que vele e impulse la voz libre e independiente de la Diáspora salvadoreña en el desarrollo nacional.